poesía primitiva

Somos todo lo que hemos leído. Surge la idea y comienzo a hacerlo. Cojo algunos libros de poesía y abro uno al azar, fijando la vista en la última palabra de la página. La anoto y abro otro libro. Y después otro, hasta que acabo con el montón. Corro entonces a la estantería y cojo más libros. Intento bajar demasiados a la vez y caen, lastimando mis piernas, qué intentan evitar el golpe contra el suelo. Los recojo y continúo con el mismo procedimiento. Cada vez lo hago más deprisa. Dejo de leer el poema encontrado al azar, tan sólo capturo la última palabra. Intento conectar todas, construir un puzzle, crear a partir de las palabras que han creado lo que soy. Palabras inconexas, palabras inocentes, palabras llenas de intención en sí mismas, poesía en su forma más primitiva.

[volver a praxis lúdica]